Dicen que toda persona, de acuerdo a la profesión y actividad que lleva a cabo, de manera constante y frecuente, participa del quehacer artístico y cultural del país, como gestores o creadores, ya sea de forma dependiente o independiente.
Prueba de esto, es la manifestación del arte popular cusqueño, con su diversidad artística, que ha reunido con el paso del tiempo artistas llamados tradicionalmente “artesanos”, creadores incansables de hermosas piezas artísticas, que realizan sus trabajos con la única herramienta natural adherida al cuerpo , “las manos”.
Desde la iniciación de los Merida, los Olave, los esposos Sierra Palomino, los Bejar, La Torre y deteniéndonos en la familia Follana, conozcamos en esta ocasión a Gloria Guadalupe Follana Trujillo, hija del quien fue Emilio Follana Camacho, gran maestro artesano, creador de la imaginería cusqueña y conocido en el ámbito nacional por sus niños Manuelitos.
TODA UNA VIDA DEDICADA A LA IMAGINERÍA
Al comenzar la entrevista Guadalupe Follana se preguntaba la razón del porque es que las personas conocían su nombre y la respuesta es, que ella es tan famosa como lo fue su papá.
¿A los cuantos años comenzó con la imaginería?
Desde los diez años he comenzado a trabajar, ahora ya tengo ochenta y sigo trabajando con mis niños manuelitos.
¿Nos comenta que desde los diez años usted comienza a trabajar en la imaginería, como es que empezó a trabajar?
Mi papá me exigía para que trabaje, me decía ¿con que vas a pasar tu vida?, aprende siquiera esto, para que pases tu vida. Al comienzo yo era un poco terca y bien traviesa, a veces mi papá me pegaba porque no le hacía caso (ríe), pero con el tiempo aprendí, ahora trabajo, y con esto paso mi vida.
¿cuál es el nombre de su papá?
Emilio Follana Camacho, pero ya falleció.
¿Y su mamá?
Marcelina Trujillo.
¿En qué año falleció su papá?
Hace nueve años que murió.
Mi papá fue el creador del niño de la espina con lágrimas de cristal.
¿Cómo fue su papá con usted?
Muy buena persona, mi papá era de Paucartambo y mi mamá de Arequipa, ella se conoció con mi papá aquí en el Cusco, lo conoció cuando él trabajaba como artesano y aprendió también el arte de la imaginería.
¿Quizo estudiar alguna otra profesión?
Yo era profesora de arte, pero ganaba más vendiendo los niños, por eso lo deje, pero cuando era aún muy joven yo trabajaba en una empresa cafetera allá en Quilabamba, el dueño en ese entonces hizo fracasar a la empresa es por eso que casi todos los trabajadores fuimos despedidos y sin que se nos pagase nuestro sueldo, es por eso que volví al Cusco y me dedique más a los niños manuelitos.
MADRE CREADORA DE NIÑOS
¿Tiene algún niño en especial, el que más le guste hacer?
Todos son iguales. Los niños los hago con alegría y sobre todo con fe, es por eso que los niños me salen muy bonitos (Sonríe).
¿De qué están hechos sus niños?
Primero hago el armazón que vendría a ser el cuerpo, esto lo hago con maguey, tengo mi propia técnica, utilizo pasta de arroz mezclado con yeso de parís, el cabello es natural, y el ojo es de cristal.
¿Se ha presentado a concursos?
Sí, yo me he presentado en varios concursos, pues como mi papá era el Gran Maestro Nacional, entonces por tal motivo me invitan.
¿En qué ciudades del país estuvo?
En Huancayo, Lima, Arequipa, he ganado siempre, tengo diplomas, medallas.
¿En Lima ganó un concurso, con que niño?
Con el niño de la espina, este niño medía un metro sesenta.
¿Cuánto tiempo le llevo hacer el niño?
Bueno ese niño me tardó un mes y medio, los niños se tardan mucho en hacer.
Con el tiempo que lleva en la creación de los niños Manuelitos, ¿tiene algún anécdota que nos pueda contar?
Son muchas las anécdotas que tengo, por ejemplo un día me dieron oro para colocar como paladar del niño; también hice otro para un señor que me dijo que le hiciera una abertura más o menos a la altura de las axilas del niño a modo de una alcancía, yo me pregunte la razón, pero como era un cliente no le dije nada, al cabo de un tiempo este señor volvió me dijo que rompiera el niño, y así pues tuve que romperlo en presencia de él, al abrirlo encontré cinco mil soles que había guardado, me dijo que no le dijera a nadie, después tuve que volver a armar el niño (ríe).
Actualmente vende en la plaza San Blas y en navidad lo hace en el Santuranticuy, ¿cómo le va en las ventas?
Ahora ya no hay mucha venta ha bajado demasiado, por ejemplo el año pasado no hemos vendido nada, el precio de los materiales ha subido.
Y sobre todo en el Santuranticuy nos cobran demasiado por ocupar un espacio solo por un día y a veces ni ganamos, antes se vendía hasta tres días, lo que invierto es muy caro casi no se gana, pero fuera de eso todo lo hago por amor al arte.